tarros de cristal para chuches

¿Quién no disfruta de una buena chuchería de vez en cuando? Aunque quizás no todos saben que las chuches que consumimos en nuestro día a día tienen una historia muy particular. Seguro que has visto en alguna ocasión unos tarros de cristal llenos de chuches en algún mercadillo o tienda de antigüedades.

Pues bien, estos tarros son una muestra del modo en que se conservaban y se vendían las chuches en el siglo XIX.

Aunque parezca mentira, las chuches tienen una historia que se remonta a la época de los romanos, quienes ya elaboraban dulces a base de miel y frutas.

No obstante, fue en el siglo XVIII cuando se empezaron a comerciar de forma más industrializada. En aquella época, las chucherías se vendían en bolsas de papel o en los llamados carretes de hilo, que eran unos recipientes de madera que se cerraban con una tapa.



A finales del siglo XVIII y principios del XIX, las chucherías comenzaron a venderse en tarros de cristal, unos envases que permitían que el cliente pudiera ver el producto que iba a comprar. De esta forma, el consumidor podía elegir el dulce que más le gustaba.

Según cuentan las crónicas de la época, los tarros de cristal eran muy populares y se podían encontrar en todas las tiendas.

Aunque el tarro de cristal era un envase muy funcional, con el paso de los años fue perdiendo terreno frente a otros recipientes, como los paquetes de papel o las latas de metal.

No obstante, en la actualidad, los tarros de cristal han vuelto a ponerse de moda y son un elemento decorativo muy popular en las cocinas y en las estanterías de los hogares.